Es estar en un barranco, mirando como al otro lado la vida sigue y sigue. Te conviertes en un fantasma en sus vidas, un recuerdo, que a ratos pareces ser verdad, y en otros pasas al olvido.
Ahí estás parada observándolos.
Siempre has sabido que tu alma está dividida en dos. Pero cuando los oyes, cuando los ves del otro lado, sientes realmente como existen dos pedazos de alma. ¡Que amargo amor!.
Extrañas ser parte de sus vidas, así como ellos de la tuya.
Tienes miedo de que algún día ya no pertenezcas, porque aun hoy siendo un fantasma lo haces.
Pensabas que se pasaba con el tiempo. Pero claro, claro que no.
Sempre. Sempre saudade.
Y sigues ahí,
viendo fotos y recuerdos,
con la nostalgia liquida que baña el rostro,
intentas volver por medio de escenas creadas en tu mente,
imaginándolos riendo,
solo para saciar tu soledad al otro lado del barranco.
Es la ausencia y el silencio de la vida vivida.
Sempre. Sempre saudade.
Monday, December 5, 2011
Friday, September 16, 2011
Friday, April 1, 2011
Crepúsculo
Tus ojos escuchan el viento que le da la bienvenida al atardecer.
Es Crepúsculo, vestido de amarillo, otras veces de naranjo o violeta, que te invita a nadar entre sus calles teñidas,
cada día, cada día.
Así se se conjuga en tu vientre la inspiración.
Inspiración que día a día renace,
resucita.
Vientre que da vida a una Pasión desbordante, desesperada por dar a luz;
luz que bañará de ultramar cada rincón por donde pase.
Cada día, sin excepción.
Su cuerpo se funde con la luz del Crepúsculo. Su cuerpo se contorsiona junto con el atardecer, se estremecen... Ambos lloran y ríen ante tal inmensidad, ante tal grandiosidad de colores.
Son las seis y la carrera comienza. Carrera que define a un ganador. Ganador es el capaz de hacer más largo el tiempo, más eterno el momento, más... simplemente "más" todo. Para eso es necesario fundirse, volverse uno, convertirse en un viento amarillo, en una hoja violeta, o en un cielo anaranjado. Para fundirse necesitamos de un par de ojos abiertos, un cuerpo sensible, y del viento... Señor Viento que me recuerdas -cada día; cada día- que mi cuerpo siente, que mi cuerpo existe.
Amado -deseado- atardecer, sé mi compañero por el resto de mis días.
Bendíceme con tu baño de luz cálida y sombras frías. Hazme sentir el fuego que habita en el aire a eso de las seis.
Que la inspiración, llamada Pasión, que en tu vientre afloró, sea protagonista de alguna de tus obras. Que no se quede estancado en el camino de tu cuerpo, atrapado en tu garganta, sin un alfabeto para salir. Que sea el mundo el que te cobije y no sólo las paredes de tu cuerpo.
Estimado Crepúsculo,
tenemos una cita mañana.
Tenemos una cita
cada día,cada día.
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