Friday, April 1, 2011

Crepúsculo

Tus ojos escuchan el viento que le da la bienvenida al atardecer.
Es Crepúsculo, vestido de amarillo, otras veces de naranjo o violeta, que te invita a nadar entre sus calles teñidas, 
cada día, cada día. 
Así se se conjuga en tu vientre la inspiración.
Inspiración que día a día renace,
resucita.
Vientre que da vida a una Pasión desbordante, desesperada por dar a luz; 
luz que bañará de ultramar cada rincón por donde pase. 
Cada día, sin excepción. 
Su cuerpo se funde con la luz del Crepúsculo. Su cuerpo se contorsiona junto con el atardecer, se estremecen... Ambos lloran y ríen ante tal inmensidad, ante tal grandiosidad de colores.
Son las seis y la carrera comienza. Carrera que define a un ganador. Ganador es el capaz de hacer más largo el tiempo, más eterno el momento, más... simplemente "más" todo. Para eso es necesario fundirse, volverse uno, convertirse en un viento amarillo, en una hoja violeta, o en un cielo anaranjado. Para fundirse necesitamos de un par de ojos abiertos, un cuerpo sensible, y del viento... Señor Viento que me recuerdas -cada día; cada día- que mi cuerpo siente, que mi cuerpo existe
Amado -deseado- atardecer, sé mi compañero por el resto de mis días. 
Bendíceme con tu baño de luz cálida y sombras frías. Hazme sentir el fuego que habita en el aire a eso de las seis. 

Que la inspiración, llamada Pasión, que en tu vientre afloró, sea protagonista de alguna de tus obras. Que no se quede estancado en el camino de tu cuerpo, atrapado en tu garganta, sin un alfabeto para salir. Que sea el mundo el que te cobije y no sólo las paredes de tu cuerpo.

Estimado Crepúsculo,
tenemos una cita mañana.
Tenemos una cita 
cada día,cada día.