Un soneto clásico, de los grandes, ambienta el trajín santiaguino. El ritmo que va estremeciendo el corazón de la gente apresurada se percata que ninguno de éstos presta oídos a su belleza; comienza a correr. Nota tras nota intenta llamar la atención de un público ausente enceguecido por el tiempo.
Puedo callar y muy pocos notarán mi silencio, piensa el músico que, sin saberlo, es parte del paisaje del Metro.
¿Otra melodía? Otro clásico.
Mas, con y sin percibirlo, será otra melodía olvidada por los muchos transeúntes que, hijos del tiempo, no sienten como aquella nota, que creen ya parte obvia de la cotidianeidad, es su aliento diario, es el alma que los incita a trabajar día a día, es la cuota de humanización que tienen en sus vidas.
Bah! Querida Melodía, no te extingas, porfavor, pues siempre habrá alguien que detenga su tiempo para sentirte, para darte entrada a su corazón, para, que con tus notras graves hagas vibrar su piel, y con las agudas crees el éxtasis en sus pupilas perdidas.
Oh! Melodía olvidada, abrázame y límpiame y afírmame y vitalízame y... Siénteme.
Oh! Musa perdida, te he hallado... O me has encontrado, como prefieras. Sea cual sea el caso, no me sueltes más. Sigue cobijando e intentado abrazar al sin fin de seres que escuchas, mas no oyen la vida que fluye por tus notas, pues te repito, no faltará quien alabe tu arte por el sentir.
1 comment:
realmente cierto.......asi es....pero gracias a dios siempre hay excepciones...y es por estas excepciones q vale la pena todo kuanto hacemos.....kuanto entregamos......
.....t amo mi niña fuerza mañana....muxa energia....
oye subi algo nuevo...para q lo leas... t amoo preciosa mia....un besote.
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