Dictadura

Sí
Otra vez en los paneles.
¿Por qué se preguntarán?
Estoy de visita en un país que me inspira... Estoy de visita en una dictadura.
En un país que aún es capás de... estrujarme el corazón.
Y... Es tan... agudo el dolor de un corazón.
Sí, te duele enserio, hermana. No es un simple cliché que escribimos los amantes a las letras.
Cuando decimos que nos parten el alma, va enserio.
Algunos pueden pensar;
"Entonces, cuántos corazónes tienen los artistas, que siempre que los cubre el manto lúgubre se les razga alma"
Muchos, te respondo.
Por eso somos artistas.
Somos capaces de hacer aparecer, o de otorgar, un alma diferente a casa cosa, cada lugar, cada persona...
Por donde pasamos no dejamos huellas, lanzamos vida.
Bautizamos cada cosa y así la hacemos parte de nosotros.
Ahora yo te pregunto:
¿Si por cada paso que damos, dejamos una vida -un corazón-, puedes imaginarte cuántos son los corazones que están dispersos por el mundo entero, vulnerables a ser razgados?
¡Sólo las estrellas se le comparan!

Ahora ¿Entienden por qué se me ha vuelto a depedazar el alma? ¡Y no un alma nueva! Un corazón que he regalado una y otra vez... ¡Y siempre termina del mismo modo!
Si bien sabía que este último que obsequié ya estaba trizado;
hoy por fin se ha hecho polvo.


Sí, vivo en dictadura,
una dictadura de recuerdos maltrechos.