Wednesday, May 29, 2019

el fénix

Lentamente movió sus alas, centímetros imperceptibles. Aún podía sentirlas.
Su espalda encorvada reposaba sobre un vientre que tocaba el suelo cálido. Aún se podía sentir lo poco que quedaba del calor del fuego en las cenizas y carbones.
Si quería podía levantar la cabeza, pero el cuello aún era muy pesado.
Poco a poco, giró la cabeza de un lado para otro, sin abrir los ojos.
No, aún no era el momento, aún no estaba listo.
Decidió esperar un poco más, pero por lo menos de algo estaba seguro:
Aún vivía.

Monday, September 17, 2012

Slide Away

A solo miltrecientostreintayseiskm. A solo siesietehorasycuarentaydosmin.

Friday, July 6, 2012

Entre turquesas y violetas


Ahí estaba otra vez, agitando sus alitas color turquesa.
Sobre el césped -escarchado- el pequeño pajarito intentaba volar alto, como el resto de la bandada; pero, cada vez que lo intentaba, solo conseguía elevarse unos cuantos centímetros para luego caer al suelo. Es por eso que el pequeño sólo probaba volar sobre suelos blandos y explanadas. Era un lugar seguro de estar.

Levantó su cabeza y observó. Un gran paño verde cubría todo a su al rededor. El sol comenzaba a asomarse por el horizonte, era inevitable que el día comenzase nuevamente. Un par de rayos impedían que pudiese ver todo con claridad, lo que hizo que sus ojos violeta parpadearan hasta lograr acostumbrarse a la luz.

Brillaba todo a su alrededor, comenzando a derretir los pequeños cristales debajo de sus pies. Hacía mucho frío.

Giró sobre si mismo, intentando escoger el mejor lugar para comenzar. Raro, porque hasta entonces, el lugar no había sido el problema.  Mientras daba vueltas, veía cómo la punta del césped formaban círculos a su alrededor.  Después de mucho girar, palpar el suelo mojado -ya se había derretido la escarcha- y moverse centímetros a la izquierda y a la derecha, se decidió por un lugar. 

Inspiró aire y su pequeño pecho emplumado se hinchó. Lo contuvo en su interior mientras se auto-convencía de lo fuerte y capaz que era.
Inesperadamente soltó el aire.
No... a lo mejor no era tan capaz como intentaba hacerse creer, al fin y al cabo, había fracasado tantas veces ya. No sabía ni siquiera para qué seguía intentándolo. 
Aunque la verdad es que sí. Lo sabía muy bien. Han sido años que ha soñado con este momento, volar.  ¿Qué podía hacer tan diferente al pequeño pajarito teñido de turquesa?

Cerró sus ojos e intentó no pensar en esas cosas. Ya estaba ahí, a punto de emprender vuelo. ¿Quién sabe si esta vez sí lo conseguía? Se preparó nuevamente.
Inhaló profundamente, en dirección al sol que se erguía majestuosamente. Por debajo de sus párpados podía sentir la luz y el calor que ésta transmitía. Su piel se erizó, haciendo consciente la presencia de todo su cuerpo. ¡Se sentía vivo!

Abriendo sus alas, permitió pasar los rayos de luz, que, traspasando sus plumas, lo convertía un ser traslúcido y frágil. Del turquesa pasó a un verde cálido, gracias al amarillo del sol.
Aún con el aire en sus pulmones, comenzó agitar sus alas y a correr en dirección al Sol. Sus pies se helaban a medida que avanzaban y el olor a  tierra mojada se impregnaba en él. Su corazón palpitaba rápidamente -beats fastly- aumentando el ritmo de su respiración, pero siempre con la vista al frente y sin dejar de agitar sus alas.
Sentía miedo, sí. ¿Resultaría esta vez?


Respiró profundamente antes de dar un gran salto y comenzar a volar. Su corazón de aguantaba la emoción, batía sus pequeñas alitas, formando círculos en el cielo. El sol se recortaba bajo su silueta turquesa. Su pecho rebosó de alegría y emoción, mientas que el viento le enseñaba el camino del cielo

De repente, algo comenzó a fallar, siendo su cuerpo muy pesado para ser resistido por las pequeñas alas turquesas. Se esforzó, hay que decirlo, pero fue demasiado el peso que no pudo aguantarlo. Y así el pequeño pajarito de ojos violetas giró sobre si mismo, tal cual una hoja que cae de un árbol, acabando en un colchón verde y mojado. 

Se despertó decepcionado, junto al fuerte aroma a tierra que ahora se hacía inevitable, pues  su cabeza reposaba en el suelo mojado. 

Avanzó a la orilla de un lago, sintiendo cada paso como un recordatorio de su derrota, Se acercó a la orilla cristalina, la cual resplandecía ultramar gracias a nuestro majestuoso sol, y mientras bebía del manantial, notó algo raro en su cuerpecito turquesa. ¡No era del todo turquesa!  Todo su tronco estaba cubierto de un cascarón blanco invierno. Por primera vez lo percibió. Todo este tiempo había estado vestido con un cascarón de piedra que le impedía volar.

Cascarón, escudo. Escudo, espada. 

Entre turquesas y violetas, el pajarito se escondió y bajo un escudo de piedra se cobijó.

Tuesday, May 29, 2012

expectation

d e f  : Sentimiento fantástico conjugado en lo más íntimo del deseo, mezclado con marketing, falsas señales y sí, anhelo sincero. Puede ser creado o inventado, la mayoría de las veces inducido; pero siempre quien lo siente jura que es completamente suyo. El portador es un dolor de cabeza para Crono, quien no sabe cómo regir sobre él.
s í n t o m a s : Alegría y euforia descabezada; estrangulamiento estomacal. fauna silvestre haciendo de las suyas en el interior del afectado. Pensamientos alocados, arrebatados, sinsentidos. Impulsos. El tiempo pierde objetividad, y se transforma en lo eterno de lo eterno. Angustia, alucinación, esquizofrenia y un poco de locura (nada permanente).
a n t í d o t o : La llegada, la nunca-llegada. El aburrimiento, el desinterés y la frustación. Finalmente, que Atenea no haya podido controlar los sentidos del o la afectado(a). Se recomiendan dosis altas de series, series y... más series.

Thursday, March 22, 2012

choose one... or everything you want.


Vístete con lentejuelas y blondas.  Trajes felpudos, ásperos, lisos. Opacos, brillantes, satinados.
Un vestido largo, Victoriano, con tutú y enagua. Un corsé con mil encajes y botones dorados.
Capas! Amo las capas. Mientras más pesadas mejor y si tienen gorro son perfectas !
Sombreros -de copa o redondos, con o sin cintas-, antifaces y máscaras -síííí!-, cintillos, tiaras. Bastones, carteras, maletas y sacos. Todo sirve.

Píntate el rostro con azules, turquesas, negros y grises. Detalles sutiles de brillo no irían nada mal.

Crea tu escenario a lo David Hockney.
Cielos, laderas. Arocíris y castillos. Bosques, puentes, edificios surrealistas y relojes derritiéndose. Carpas, submarinos, cohetes y carruajes. Todo es admitido. ¿Alguien dijo que habían reglas en los sueños? Sino, pregúntale a Dalí.

Consíguete  un par de amigos -imaginarios, encontrados, comprados o construidos- que te acompañen en la travesía. Osos, leopardos, perros, ciervos y cuervos también entran en la lista. El único requisito es que pueda y no tenga límites para imaginar. (Esto es muy importante, así que no te conformes con cualquiera)

Pon música. La que sea, aunque yo tomaría alguna banda sonora de Tim Burton.

Abre la puerta -¿Qué puerta? ¡No importa cuál! ¡Ábrela!-. Entra a donde quieras que hayas llegado. Cierra la puerta y comienza a vivir.


Imagina. Vístete digno de a tu escenario construido. Y vive.
Quién sabe si así tussueñoscomienzanaser  r e a l i d a d .

Monday, December 5, 2011

Sempre. Sempre Saudade.

Es estar en un barranco, mirando como al otro lado la vida sigue y sigue. Te conviertes en un fantasma en sus vidas, un recuerdo, que a ratos pareces ser verdad, y en otros pasas al olvido.
Ahí estás parada observándolos.
Siempre has sabido que tu alma está dividida en dos. Pero cuando los oyes, cuando los ves del otro lado, sientes realmente como existen dos pedazos de alma. ¡Que amargo amor!.
Extrañas  ser parte de sus vidas, así como ellos de la tuya.
Tienes miedo de que algún día ya no pertenezcas, porque aun hoy siendo un fantasma lo haces.
Pensabas que se pasaba con el tiempo. Pero claro, claro que no.
Sempre. Sempre saudade.
Y sigues ahí,
viendo fotos y recuerdos,
con la nostalgia liquida que baña el rostro,
intentas volver por medio de escenas creadas en tu mente,
imaginándolos riendo,
solo para saciar tu soledad al otro lado del barranco.
Es la ausencia y  el silencio de la vida vivida.

Sempre. Sempre saudade.

Friday, April 1, 2011

Crepúsculo

Tus ojos escuchan el viento que le da la bienvenida al atardecer.
Es Crepúsculo, vestido de amarillo, otras veces de naranjo o violeta, que te invita a nadar entre sus calles teñidas, 
cada día, cada día. 
Así se se conjuga en tu vientre la inspiración.
Inspiración que día a día renace,
resucita.
Vientre que da vida a una Pasión desbordante, desesperada por dar a luz; 
luz que bañará de ultramar cada rincón por donde pase. 
Cada día, sin excepción. 
Su cuerpo se funde con la luz del Crepúsculo. Su cuerpo se contorsiona junto con el atardecer, se estremecen... Ambos lloran y ríen ante tal inmensidad, ante tal grandiosidad de colores.
Son las seis y la carrera comienza. Carrera que define a un ganador. Ganador es el capaz de hacer más largo el tiempo, más eterno el momento, más... simplemente "más" todo. Para eso es necesario fundirse, volverse uno, convertirse en un viento amarillo, en una hoja violeta, o en un cielo anaranjado. Para fundirse necesitamos de un par de ojos abiertos, un cuerpo sensible, y del viento... Señor Viento que me recuerdas -cada día; cada día- que mi cuerpo siente, que mi cuerpo existe
Amado -deseado- atardecer, sé mi compañero por el resto de mis días. 
Bendíceme con tu baño de luz cálida y sombras frías. Hazme sentir el fuego que habita en el aire a eso de las seis. 

Que la inspiración, llamada Pasión, que en tu vientre afloró, sea protagonista de alguna de tus obras. Que no se quede estancado en el camino de tu cuerpo, atrapado en tu garganta, sin un alfabeto para salir. Que sea el mundo el que te cobije y no sólo las paredes de tu cuerpo.

Estimado Crepúsculo,
tenemos una cita mañana.
Tenemos una cita 
cada día,cada día.