La vida es un volcán de pasiones, volcán que dispara relámpagos nínficos a cada segundo. Depende de nosotros ser tocados por este rayo divino, ya que según los Dioses griegos, las musas andan bailando por doquier, ansiosas de ser poseídas por alguien.
Cuando una gota de lava apasionada roza tu pluma, pincel o cómo quieras llamarle, se conjugan los ingredientes perfectos para un Elixer digno de ser llamado Mágico.
Digo mágico, porque como muy bien diría un Merlín contemporáneo, dejamos de lado cualquier tipo de lenguaje significante, para sumergirnos en un océano volcánico misterioso, único e incomprensiblemente percibible, que nos atravieza una daga de armonía y placer daidificando lo que haya sido que nos causó semejante adicción.

Hoy fue un día de como aquellos, en el que Zeus lo privilegió con su daga plateada, dejándolo impávido, inmóvil y placenteramente encantado con la vida misma.
Resulta que, nuestras bellas musas griegas, no dejan de bailarle al compáz del viento a nuestro pobre artista, que poseído -en vez de poseer- no dejan que el regalo volcánico se enfríe en su alma, provocando sólo una tormentosa carrera de palabras, colores, manchas y rimas.

Esperamos que nuestro protagonista sea capás de tomar a su musa y hacerla suya, porque sólo de éste modo será que logrará obtener algo más que un simple bosquejo de lo que sería un Elixer mortal.