Ella vive recordando, inventando, fingiendo, amando;
los recuerdos son -a veces- fieles historiadores,
pero en ella más que un cuentacuentos, pretenden ser
mártires de su propia realidad,
que no la sueltan;
no lo hacen a pesar de ella ya -cree- que ha soltado.
Medias tintas que se trenzan en escenas borrosas,
no es capás de distinguir qué pasó, qué creyó que fue, y
(tristemente), qué inventó haber pasado.
Ella se castiga por nadar aún en ese mar de acuarelas,
ilustraciones que no venden má$,
que nisiquiera para una buena novela romántica prestarían.
Pero,
a pesar de eso ella los ama.
Ama esos recuerdos, esos sueños,
anhelos que llenaron de vida su ... Vida.
Ama el sentimiento de desesperación que provoca ese nudo en la garganta,
ama la asiedad de ser poseída, y de al mismo tiempo poseer.
Ella,
ama su historia, a pesar de no ser más suya.
Ella,
ella,
ella llora sobre la tumba de fotos envejecidas,
sobre el cadaver del amor olvidado,
sobre la lápida de una pareja al descubierto.
Ella anhela que sus lágrimas secas se evaporen
y se conviertan en pizcas de miel
miel que la hará sentir -otra vez-
porque ya nisiquiera eso hace.
1 comment:
no habia leido este!.... pero me encanto.... me encanto cada frase por separado.....
"ama su historia, a pesar de no ser más suya."...
te amo mi niña...
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