Me encanta sentir como estas salas, llenas de historia, se van convirtiendo poco a poco en mi reencuentro con la historia, con el saber, con el sentir. Es un lugar mágico, con miles de mundos, de pasiones, de lenguajes… Pero sé que sería imposible captar, resentir esto una y otra vez si no supiera du existencia, si no reconociera en ellas algo de mi propia vida; algo de mi universo. Y es este placer, este gozo que vivo aquí cada vez que decido nadar y sumergirme dentro de las obras lo que me gustaría que el resto de la gente sintiese. Me muero de ganas en posibilitar esta magia a los demás, a que esta forma de aproximarse a los objetos, sea también reconocible por el resto. Es un “mirar” en búsqueda de lo bello, de lo estético, y ser consciente de esto me hace encontrarlo aún más hermoso. Es el acto de mirar, de querer entrar, es el acto poético lo que me apasiona. Sí… Acto Poético. Hasta ese concepto me encanta, me invita a sentirlo, a regocijarme en el… en un concepto.
Es esta capacidad de abstracción la que amo en el arte, en las artes. Ese instante que se hace eterno, esa mirada que toca y esos oídos que saborean. Cómo la mente se vuelve etérea, los objetos pierden su físico y se trasladan a otra realidad que no es ficticia. Cuando mi alma es capaz de apropiarse de un nuevo mundo de nuevas verdades, de nuevos miedos y placeres, aunque sean los 10 minutos que me quedo frente a la obra o los 4 que dura una canción, nada más importa. Mi cuerpo físico vibra sólo con un mirar diferente ¿qué otra cosa puede hacerme esto? No necesito nada más, solo entrar en ella. Mi alma entra, mi cuerpo se queda parado al frente, pero yo me convierto en algo que vuela dentro. Es por esto que tengo fe viva en el aura. Gracias W.Benjamin, sin ti no tendría palabras para explicarlo.
El arte me permite vivir cielos siempre únicos.
El arte me permite vivir cielos siempre únicos.
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